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¿Qué es la contaminación
lumínica? |
Llamamos contaminación lumínica a la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, horarios o rangos espectrales innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en que se han instalado las luminarias.
Con frecuencia se asocia al brillo artificial del cielo nocturno.
Este brillo se debe a la mala calidad y orientación del alumbrado
exterior, tanto público como privado. Es luz que no se aprovecha
para iluminar el suelo, las calles y allí donde nos desenvolvemos,
pues la enviamos por encima del horizonte y a las nubes.
Como resultado, la oscuridad natural de noche disminuye y desaparece
progresivamente la luz de las estrellas y del resto de astros.
Las neblinas y el cielo turbio potencian el efecto hasta el extremo de crear
una capa de color gris o naranja que toma la forma de una nube luminosa sobre
las ciudades. La abundancia de partículas en suspensión aumenta
la dispersión de la luz, de manera que, cuanto más contaminado
está el aire de la ciudad, más intenso es el fenómeno.
Si la luz dispersada proviene de luminarias con un amplio espectro de
emisión el efecto es mucho peor, porque las radiaciones luminosas
de los astros que tengan idéntica longitud de onda ya no pueden ser
detectadas por los aparatos de observación y alteran de forma
significativa el equilibrio presa-depredador de los animales de vida nocturna.
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¿Por qué te afecta? |
La contaminación lumínica tienes muchas más repercusiones
de las que se ven a simple vista. Podemos agrupar los efectos en tres grandes
grupos:
Económico
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Abuso de los recursos naturales: un sobreconsumo de combustbles fósiles,
energia y recursos, muchos más de lo que realmente son necesarios.
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Tan sólo en Alemania (1998), un país bien iluminado, la energia
desaprovechada para iluminar las nubes era equivalente a la energía
producida por una central nuclear de media potencia.
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Un mal uso de tus impuestos: en Cataluña, por ejemplo, cada año
se malgastan del orden de 3000 millones de pesetas para iluminar las nubes.
Ecológico
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Una agresión al frágil ecosistema nocturno y a sus cadenas
tróficas que crea desequilibrios y tensiones que facilitan la
aparición de plagas, el empobrecimiento genético de poblaciones
y exinciones.
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Agresión a las aves migratorias, la vida marina, (por la iluminación
indiscriminada de playas), insectos y fauna nocturna o crepuscular.
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Abuso de los recursos naturales, un sobreconsumo de combustibles fósiles,
energia y recursos. Mucho más de lo que realmente necesitamos.
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La emisión de residuos como el CO2 y los residuos nucleares provenientes
de la generación de electricidad malgastada en iluminar las nubes.
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La generación de residuos sólidos de alta toxicidad que no
se reciclan adecuadamente. La lámparas de alumbrado llevan mercurio,
cadmio y otros metales pesados tóxicos para los seres vivos. Según
un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña, tan
sólo en Cataluña se arrojan sin reciclar unos 500 Kg de mercurio
al medio ambiente.
Social
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Un peligro para viandantes y conductores. Luces mal orientadas o demasiado
potentes deslumbran, hacen perder agudeza visual y generan zonas de sombre
muy contrastadas. Los automovilistas corren más en zonas sobreiluminadas.
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La intrusión lumínica, es decir, luz exterior que de manera
indeseada entra en las viviendas.
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La pérdida de las noches con estrellas, patrimonio de generaciones
futuras (UNESCO) y origen de nuestra cultura y civilización,
(mitología, filosofía, cosmogonía, ciencia, etc.)
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Impide la práctica de la Astronomía a muchos kilómetros
de distancia del foco contaminante. Por ejemplo, el halo de contaminación
lumínica del área metropolitana de Barcelona se ve desde la
costa norte de Mallorca y desde el Tourmalet, en el Pirineo Central.
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Soluciones |
La tecnología nos ofrece, ya hoy, muchas y baratas soluciones para
iluminar más y mejor evitando la contaminación lumínica
y sus efectos.
Conviene, en general, evitar el criterio de "cuanta más luz mejor",
ya que eso no implica ni más seguridad ni más visibilidad.
A nivel colectivo, las iniciativas dependen de la voluntad de las distintas
administraciones que tienen competencias en el área energética:
central, autonómica y local. Conviene regular la contaminación
lumínica dentro del marco general de una ley de protección
de la atmósfera de ámbito estatal o autonómico, y
también incluit políticas de apoyo y fomento de las energías
alternativas.
No resulta sencillo conseguir avances, pero es factible. En Cataluña,
a consecuencia de las gestiones realizadas desde el año 1995, cuando
se inició la campaña de defensa del cielo oscuro, el Parlamento
aprobó una proposición no de ley, en la cual el Gobierno se
obliga a no subvencionar ningún proyecto de alumbrado público
que no contemple el uso de bombillas eficientes y luminarias bien apantalladas,
excepto en casos concretos donde sea aconsejable otro tipode alumbrado.
Finalmente, si en el futuro se dilucida su valideza jurídica, será
necesario que los Ayuntamientos que dispongan de ordenanzas de Medio Ambiente
incluyan este concepto. Y todos, sin excepción, tendrían que
aprobar reglamentos de control sobre las futuras instalaciones y diseñar
planes de remodelación de las actuales bajo el principio de que las
actuaciones en remodelaje se amorticen con el ahorro en el consumo. El ejemplo
de Figueres, donde esto se ha hecho, es indiscutible: sin aplicar la totalidad
de las modificaciones posibles, se consigue un ahorro de un 25% en la factura
eléctrica, con una inversión que se amortiza en menos de dos
años. Convendría también acompañar los cambios
de una campaña de información ciudadana, de intención
especialmente didáctica y sensibilizadora. Al fin y al cabo, no se
pretende otra cosa que dar a las generaciones futuras un medio ambiente más
limpio y un cielo más puro.
Las soluciones están al alcance de la mano. Tan solo hace falta
la voluntad de aplicarlas.
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¿Qué estamos haciendo? |
Hay muchos grupos alrededor del mundo trabajando para erradicar la
contaminación lumínica. Las acciones llevadas a cabo son
múltiples, pero en general está orientadas a:
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Divulgar el problema, los perjuicios asociados y las soluciones existentes.
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Trabajar con la administraciones para legislar y reducir la contaminación
lumínica.
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Denunciar administraciones y empresas que malgastas y abusan de recursos
de todos.
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Proponer soluciones y pedir su aplicación.
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Consejos para iluminar bien |
Iluminar bien es muy fácil. Hay que enviar la luz donde
la necesitamos y emplear lámparas de bajo consumo y sin componentes
tóxicos. Mira las siguientes indicaciones.
Orientación
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Hay que iluminar siempre de arriba a abajo. En caso de que eso no sea
posible, hay que orientar los focos para evitar que estos envien luz por
encima del objeto o edificio a iluminar. |
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Hay que orientar los focos por encima de la horizontal y apantallarlos.
Hay que evitar deslumbrar a los conductores y viandantes. |
Lámparas
Estos son unos ejemplos de mala iluminación. Sólo se aprovecha
un 15% de la luz radiada. El 85% restante es simplemente energia que se paga,
contamina y no se aprovecha.
Para más información podéis consultar las directivas
de The Institution of Lighting Engineers del Reino Unido. Los gráficos
de esta sección provienen de la British Astronomical Association -
Campaign for Dak Skies.
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¿Qué proponemos? |
Una mejor iluminación, más racional y menos derrochadora, que
respete a los ciudadanos y al Medio Ambiente.
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Utilizar lámparas de sodio a baja presión porque no utilizan
metales pesados y consumen:
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5 veces menos que las lámparas incandescentes.
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2.2 veces menos que las lámparas de mercurio.
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1.5 veces menos que las de sodio a alta presión y fluorescentes.
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Un reciclaje correcto de las bombillas, (mercurio, cadmio y otros metales
pesados).
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Apagar las luces exteriores cuando no sean realmente necesarias.
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Apagar el alumbrado público de monumentos y edificios corporativos
después de medianoche, (¿quién contempla los monumentos
después de medianoche?).
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Dirigir el haz de luz hacia la via pública, no a los ojos de los peatones
o conductores.
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Apantallar correctamente las lámparas.
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No utilizar lámparas de bola sin pantalla totalmente opaca y reflectora.
Desaprovechan más del 50% de la electricidad que consumen, (y al dispersar
tanto la luz se hace necesario poner bombillas de más vatios para
iluminar un poco el suelo)
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No dirigir luces, focos ni láser hacia el cielo. El cielo no es un
espacio publicitario, es patrimonio de todos.
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Uso de pantallas asimétricas siempre que sea posible. Son un 25% más
eficientes en términos de iluminación
Resumiendo, la única manera de controlar la contaminación
lumínica es reducir la cantidad de luz que enviamos al cielo, reducir
el consumo, utilizar bombillas monocromáticas de sodio a baja
presión y no iluminar allí donde no haga falta. Hemos de respetar
el ecosistema nocturno.

Esquema de recomendaciones proporcionado por la
Oficina Técnica
del Instituto de Astrofísica de Canarias
Página traducida por: Oscar D. Sanchez
- http://ttt.teleco.upv.es/~ossanji/astro/index.htm |
La única manera de controlar la contaminación lumínica
es reducir la cantidad de luz que enviamos al Cielo, reducir el consumo,
usar lámapras monocromáticas de sodio a baja presión
y no iluminar allí donde no hace falta. Debemos respetar el
ecosistema nocturno.
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